Introducción

En la entrega anterior confirmamos que el EUC es el prototipo del desarrollo ciudadano y que Kami Excel es uno de sus símbolos.

La siguiente pregunta es obvia: ¿Kami Excel fue realmente el “villano”?

La respuesta, dicho desde el principio, es que Kami Excel en sí mismo no era maligno. En su debut fue un salvador para los equipos de primera línea y disparó su productividad.

El descenso posterior hacia el «legado negativo» no se debió a los límites ni a los defectos de Excel, sino a la falta de gestión organizativa y al bajo nivel de alfabetización digital de la sociedad.

Si vamos más allá, la expresión Kami Excel no es más que una burla acuñada por generaciones posteriores, y en una sociedad en la que todo el mundo entendiera las funciones y VBA habría funcionado como una plataforma de automatización ideal para reaccionar al instante.


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Por qué Kami Excel fue un salvador

Durante las décadas de 1980 y 1990, muchas empresas japonesas se toparon con la realidad de que «el departamento de sistemas de información por sí solo no puede sostener todas las operaciones».

  • La escasez de personal de TI era crónica.
  • Los sistemas troncales eran rígidos y cualquier cambio tardaba meses.
  • Mientras tanto, el trabajo en el terreno cambiaba cada día y la velocidad era una cuestión de supervivencia.

En ese contexto Excel demostró un poder enorme como herramienta improvisada. Bastaba con crear formularios, automatizar cálculos con funciones y, si era necesario, escribir macros para que el propio equipo pudiera aplicar un «torniquete» y evitar detener el negocio.


De dónde salió el nombre «Kami Excel»

Lo importante es que el apodo «Kami Excel» no existía en aquella época. Para quienes lo usaban, Excel era un salvavidas, un ingenioso recurso o la muestra del ingenio del personal.

El término se popularizó más tarde. Cuando la personalización hizo que quedaran archivos imposibles de descifrar tras la marcha de sus autores, la gente empezó a llamarlos así con ironía. Por lo tanto, Kami Excel no describe los problemas que afrontaban quienes estaban en primera línea, sino que es una etiqueta posterior cargada de sarcasmo.


En el fondo era «un sistema legible por cualquiera»

Si lo pensamos con calma, las funciones y el VBA de Excel no son criptogramas especiales. Con un mínimo de alfabetización digital cualquiera puede seguir su lógica.

En una sociedad donde leer y escribir fórmulas y scripts fuera lo normal, Kami Excel no habría sido un «cajón negro indescifrable», sino un dispositivo de automatización transparente capaz de responder al instante. Es decir, aunque tenía todo para convertirse en el medio ideal de mejora de la productividad, la falta de alfabetización lo convirtió en un legado negativo paradójico.


Cómo el salvador se transformó en legado negativo

La realidad, sin embargo, tomó otro rumbo.

  • Incluso profesionales de TI evitaban las funciones específicas de Excel y el VBA.
  • Los archivos que «cualquiera debería entender» terminaron convertidos en cajas negras intocables.
  • Así, desde la perspectiva de las generaciones posteriores, no quedaba más que burlarse y llamarlos Kami Excel.

En suma, el fenómeno de Kami Excel no fue un defecto de Excel, sino una ilusión creada por la falta de educación y de control.


El proceso de caída hacia el legado negativo

Con el tiempo aquella arma improvisada se volvió un riesgo para la organización.

  1. Bloat y caja negra
    Miles de celdas llenas de fórmulas hacían imposible ver el conjunto.

  2. Personalización extrema
    Cuando el creador se trasladaba o renunciaba, el conocimiento quedaba completamente perdido.

  3. Ausencia de gobernanza
    El departamento de sistemas lo consideraba un «arreglo casero» y lo dejaba operar con deficiencias de seguridad y auditoría.

Así Kami Excel terminó convirtiéndose en un legado negativo inevitable para la organización.


Los límites técnicos reforzaron la caída

Además, las propias limitaciones estructurales de Excel aceleraron la caja negra.

  • Falta de esquema: sin tipos ni restricciones como en una base de datos, las columnas crecían sin orden.
  • Control de versiones difícil: solo quedaban copias sueltas, sin seguimiento de cambios ni consolidación.
  • Operación sin diseño: no había control de accesos ni transacciones, por lo que carecía de la fiabilidad necesaria como sistema de misión crítica.

En otras palabras, usar Excel como sistema de negocio o como sustituto de una base de datos era forzar la herramienta más allá de sus límites y eso alimentó el fenómeno Kami Excel.


La estructura universal que revela la historia

La historia de Kami Excel nos recuerda que el «rescate a corto plazo» y la «deuda a largo plazo» siempre van de la mano.

No olvidemos que el término es, en esencia, una burla tardía. En una sociedad con verdadera alfabetización digital habría seguido siendo un héroe. No es solo un relato de fracaso, sino la constatación de que nadie supo cuidar el fruto creado por la gente del frente.

Y eso no va a cambiar. Es difícil imaginar que la «verdadera alfabetización de TI» se extienda rápidamente por toda la sociedad. Por eso, cuando pensemos en el low-code, el no-code o la RPA actuales, necesitamos medidas para no caer en la misma trampa.

El salvador y la fábrica de legado están siempre separados por una delgada línea. Debemos grabar esta lección histórica para imaginar el futuro del desarrollo ciudadano.


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